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lunes, 26 de septiembre de 2011

Heridas.

Al principio sangran mucho, duelen... Y sólo puedes esperar a que pare.
Puedes taparlas con una tirita, para que no se vean... Pero eso lo único que provoca es que tarden más en curarse.
Lo único que puedes hacer es desinfectarlas y dejar que se curen con el tiempo.
Pues bien, no todas las heridas son en la piel, o en cualquier parte de tu cuerpo. Algunas están algo más adentro, más en tu ser, en tu corazón.
Porque una herida te haga mucho daño, no debes renunciar a seguir corriendo riesgos. Porque te harás muchas, muchas heridas. Y cada vez, te dolerán menos. Cada vez, cicatrizarán antes.
Las heridas si bien se curan, siempre, dejan una señal de que esta sucedió. Que en este caso, marca nuestra vida, nuestro ser, y deja una experiencia más. Nos queda una cicatriz... Y eso, no se borra nunca.

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