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viernes, 15 de febrero de 2013

Un pájaro con vuelos, un corazón hueco y sangre derramada. CAPÍTULO 1.

Un día de la primera semana de enero, delante de un ordenador portátil. 

─ Tengo muchas ganas de verte.
─  Y me verás.
─ Joder, parece que queda una eternidad.
─ Sólo cuatro horas, no te desesperes. Ponte bien guapa, eh. Quiero que sea especial. 
─ Lo será. Me voy a dormir un rato, luego nos vemos. 
─ Adiós, perla. Te quiero.
─ Adiós, te quiero. 

Un mes atrás, en un parque cercano al ayuntamiento del pueblo.

Hace un frío que pela, ya caída la noche de invierno de primeros de diciembre, no quedan ni pájaros y a penas camina gente por las calles. Y quien lo hace, seguro es por algo urgente del trabajo o necesitan hacer algún recado. Acurrucados en un banco están un chico y una chica, de edades cercanas y que bien pasarían por una pareja de enamorados que disfrutan del calor mutuo en la noche invernal. 
Ella se siente bien, alegre, de estar allí con él. Lleva tiempo esperando un momento como ese. Él ha ido a buscarla a su casa para dar un paseo por el pueblo sin mayores intenciones que charlar a solas. 

─ Me encanta estar aquí contigo, Alberto, ¿sabes?
─ Lo sé, y a mí. Pero no quiero que pienses que por estar así las cosas sean diferentes... ¿comprendes?
─ Sí, lo comprendo.
¿Por qué me dice eso? ¿En qué coño piensa este tío? Estos encuentros dejan ver que le gusto. ¿Por qué lo niega? Y si yo me equivoco y no siente nada, ¿por qué quiere pasar tantos ratos como este los dos juntos?

─ ¿Te has enterado de que a Mónica le gustas? ─dice ella.
─ Sí, ¿y tú cómo lo sabes?
─ Me lo han contado por ahí. ¿A ti te interesa?
─ ¡Qué va! En serio, esa chica es insoportable, mis amigos quieren que esté con ella. Ya sabes, una relación estable para un chico perdido. Pero no me convence, ni es muy agraciada ni muy lista tampoco...

Lleva razón, Mónica no es muy guapa que digamos, hasta está algo rellena y no saca las mejores notas. 

─ Jaja. Te entiendo. 
─ Nosotros estamos bien, ¿no te parece? 
─ Claro, nosotros.
Nosotros... Qué bien suena, ojalá.

Suena una canción dentro del pantalón vaquero de Verónica, se apresura a cogerlo pero a penas suena un trozo del principio de la canción "Ti amo" de Azuro y Elly. 

─ Era mi madre, debo volver. Ya es tarde. 
─ Está bien, te acompaño a casa.

Alberto y Verónica caminan por las calles en dirección a la casa de ella, que está a un par de manzanas.

─ Mañana te llamaré. Buenas noches ─dice él con una sonrisa.
─ Está bien, esperaré esa llamada. Buenas noches. 

Alberto se aleja entre la penumbra nocturna a paso ligero. Ella le contempla, expectante, con las llaves de su casa en las manos, esperando, a que su vista ya no alcance a ver su silueta. 
Aunque, por desgracia, no tardaría en no volver a verle.





4 comentarios:

  1. Ooh! Fantástico el primer capítulo! Quiero más!!
    Un abrazo :3

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    Respuestas
    1. Oins, muchas gracias guapaa :) Este fin de semana publico el capítulo 2.

      Un beso enorme<3

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